Sunday, June 1, 2008
Un sillón en la calle y un mensaje que no leo.
No me salen los ojos para ver a los niños que lloran por qué no encuentran sus paletas ni sus cuentos. Perder cuentos. Las historias, las ideas, las personas… Una niña hablaba mucho en el avión. ¡Qué linda!, pero desesperó a su papá. Una niña lloraba. ¡Qué linda!, pero todavía no acaba. ¡Qué cansado!
Una mamá que en vez de leer cuentos los inventa en el momento. Conejos que se esconden en los espejos con zanahorias para la energía. Los espejos cansan tanto…
Una niña que le teme a un coco, a un roba chicos, al malo del cuento que cada día se pierde. Una niña que llora y corre por el pasillo hasta el cuarto de su madre que inventa cuentos. ¿Y mi papá? Silencio…
(Hoy se que estaba en el sillón)
Un sillón en la casa y libros que se leen.
Mis ojos ven. Ya veo. Los cuentos se siguen perdiendo, les gusta correr y esconderse en la cabeza de otra gente. Una mamá que ya no inventa. Niños que crecieron y aprendieron a leer. El conejo saca un paragüas y un pañuelo. Perdió su zanahoria y tiene sueño. Duerme la niña en el sillón de la casa de su padre. Ya no desespera en el avión. Otro niño la despierta. Es más pequeño que el que se prepara quesadillas en la cocina de la casa sin sillones. Niños que temen a los cocos y a los roba chicos. Niños que se sientan en los sillones. El chiquito no escuchó los cuentos, no conoce al conejo, el lee historias, Sí de libros y no de la cabeza de una que no es su madre. Es de noche y esta dormido. ¡Qué lindo! Pero ¿y el conejo? Ya no hay silencios. El espejo cansa más pero hay el doble de zanahorias. Una niña que roba libros de los libreros de dos casas. ¡Qué lindo! Y no hay peros…
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