Tuesday, March 24, 2009





Un viaje

hago las maletas
y están vacías
me voy
tomaré un avión y huiré de todo
de todos
de las tareas que no he entregado
de los exámenes que no he hecho
de las peleas inconclusas
de las miradas al piso
de los nervios en el salón
de los pasos que no puedo evitar seguir
(¿cabrán todas las bugambilias:
las caídas, las que vuelan y las que cuelgan
en mi maletas?
bueno, igual y sólo me llevo una,
una que hable por todas)
huiré de las personas
de él
de ella
de ti
de mí
me voy y espero que en las maletas de regreso
pueda traer un párrafo
una línea
una palabra correcta
de esa historia
que me muero por contar
y no puedo

Tuesday, March 17, 2009

Sé que suena trillado pero hoy lloré en la regadera. Lloré porque hoy los coches fueron más agresivos, intentaron matarme (o quizá sólo lastimarme) al menos una 843 veces. Lloré por los fantasmas de siempre, porque hacía viento, porque el agua estaba muy caliente. Quizá todas esas cosas sólo fueron el presagio que anunciaba la llegada de un nuevo fantasma. Un fantasma que sabía iba a llegar, uno chiquito que casi no asusta. Pero así empiezan todos y es imposible detener su crecimiento. Crecen tanto que se instalan debajo de tu cama y atacan tus sueños. Yo sólo quiero dormir. ¿Por qué hoy? Hoy que la vida pintaba tan bien. Había colores, la ciudad últimamente es muy morada y me encanta. Las bugambilias invaden las nubes y el piso. Hoy una, especialmente hermosa, calló en mi cabeza. Cuando la agarré su liquido bugambilesco lleno mis dedos y no pude evitar probarlo.
Amargo.
Y entonces lloré, los colores también pueden ser amargos
(bonitos, pero amargos).