Wednesday, June 24, 2009

Quiero que mis piernas se alarguen. Que mis rodillas se encuentren por arriba de tu nariz. Quiero que mi pelo crezca y se haga verde. Un vestido café y zapatos de raíz. Que mis ojos no se vean, que se confundan con dos pájaros que decidieron descansar. Hojas que crecen, que sustituyen a las lágrimas y que en otoño deciden volar.
Pero hoy no es otoño,
hoy se vuelven frías,
hoy es invierno.
Las hojas se vuelven trasparentes, cristales. Este junio es como si fuera enero. Enero porque volví a nacer en forma de árbol. Quiero que te pierdas en un bosque, que me busques y que encuentres un árbol con forma de mujer. Quiero que te refugies en lo verde de mi pelo y que derritas las hojas, esas que caen en forma de cristal. Quiero que no me encuentres pero que siempre algo te recuerde que respiro, que lloro, que existo…
Quiero que nunca me veas pero que siempre me sientas. Que saborees mis lágrimas, esas que te encantaba provocar. Pero cuando pase el invierno esas hojas volarán y tú te morirás de sed.

Tuesday, June 16, 2009

Color no de piel sino de adentro. Un color que refleja el carácter y combina con el día, con el momento. Hoy ya no se trata de color; la vida se vuelve gris y los tonos no son tan distintos (los grises son pequeñas manchas que caminan igual, hablan igual, se comportan igual). No, hoy me refiero al amor a las letras que alguna mano gris escribe del otro lado de las páginas. Un mano que juega con el tiempo y con los significados que este le pueda dar a las palabras. Amor a lo que yo busco encontrar en lo que él escribe, a lo que yo encuentro sin ninguna prueba contundente de que eso sea la verdad que aquella mano gris pensaba o buscaba revelar. No importa. Las letras tienen algo grandioso y es que funcionan de manera egoísta e individual: a la mano gris no le interesa lo que mis ojos puedan leer.

Monday, June 15, 2009

Escondida

Tuesday, June 9, 2009

Me considero capaz de enamorar a cualquiera que cuente con dos piernas, dos brazos y dos ojos (dos piernas para que me busques, dos brazos para que me abrases y dos ojos para que me llores). Soy capaz de derretir cualquier hielo que se crea inderretible, de hacer llorar a un árbol y de lograr que una nube me siga a otro mundo. Soy capaz de enamorarte a ti que lees y te hundes en las letras. Soy capaz de lograr que te pierdas en las líneas, que me sigas, que respires con las comas y te frenes con los puntos. Soy capaz de tener más de mil nombres y más de mil caras. Soy capaz de ser tu sueño, de evocar a aquella que te derritió y que te abandonó hecho agua en algún río o en algún desierto para que te perdieras, te evaporaras, te fueras… Sí, soy capaz de recordarte que amas a una que te mandó al carajo. Que tienes lágrimas como cualquier mortal. Por eso te acabas de enamorar de mi; amas un recuerdo y yo te lo recuerdo…

No es

No es por molestar a la noche pero prefiero, hoy, no cerrar los ojos.
No es por retar al destino pero prefiero, hoy, imaginar algo distinto.
No es por reírme del silencio pero prefiero, hoy, gritar.
No es por chingar a Dios pero prefiero, hoy, no rendirle cuentas.
No contar historias y no contar las lágrimas.

No es por desdeñar a la vida pero si me hubieran preguntado habría preferido, sólo está noche, saltarme el tiempo. Saltar la cuerda de los segundos y las horas. Y es que las estrellas caminan en dirección opuesta y se burlan de mis intentos fallidos de dormir. Hoy mis sueños decidieron retrasarse y mi cabeza explotó en un mar que debió de haber sido oscuro y no lo fue.

No es por fregar a las puertas pero prefiero, hoy, cerrar con llave.
No es por llevar la contraria pero, hoy, preferí ser polvo.
Quise ser distinta porque los días últimamente me aburren y la ociosidad llamó a la puerta. Porque el café sabe más amargo y la compañía tiene complejos de locura.

Definitivamente no cambié por ti pero prefiero, hoy, creer que sí.
Creer para analizar alguna arruga de tu frente o algún parpadear más lento; un suspiro (quizá) o alguna sonrisa dedicada no sólo al aire que camina a mi alrededor.
Hoy sí quiero comprobar que existes y que no sólo eres producto de un mundo que no camina sino que vuela.

Definitivamente no es por querer enamorarte pero, hoy, sí me gustaría besarte.

Monday, June 8, 2009

Desde hace dos semanas –aproximadamente- no he podido soñar, o más bien, soñar sí pero sin volar…
(Un sueño sin alas no es lo mismo; no se disfruta y no se anhela).
Un pasillo que encierra la llave de los cuartos que lo visten, un pasillo que calla los gritos de los encerrados del otro lado de las puertas… y yo y tú en un intento desesperado de correr (y no poder).
Las pesadillas son esos sueños encerrados en pasillos que te atan a lo que podría ser un piso. Pesadillas de cansancio que surgieron porque el ocio dejó crecer a los fantasmas que se albergan debajo de tu cama y en el closet. Sombras que te siguen y reflejos que te llaman a cruzar del otro lado del espejo. Un llamado que te hace confundir las ventanas (con espejos). Un llamado que te hace llorar del terror de saber que no necesariamente estás dormido…
Cierra los ojos.









(miedo)








Abrelos y entérate de que la luna apenas está llegando.

Wednesday, June 3, 2009

Era como un pájaro que no necesitaba descansar. Sus vestidos se movían al ritmo del movimiento de su cuerpo: manos levantadas y sonrisa idiota en la boca. Creía que el mundo se podía recorrer por los aires, creía que los colores se veían mejor con los ojos cerrados y que las historias se vivían dentro de las páginas.
Siempre tenía una excusa para no meterse en la jaula.
Ella no quería dejar de moverse, pero quería ser atrapada… en este mundo una tiene que escoger y no había posibilidad para ella. Ella que gustaba de su soledad y que lloraba mejor cuando no tenía compañía, ella que funcionaba cuando no había nadie a su alrededor, que creía caerse bien y que hablaba con cuanto espejo se posará enfrente. Amiga del reflejo y de la lluvia.
Amiga de ella misma y peleada con el mundo.
(No con todo, sólo con el que se camina).
Ella se negó a encerrarse y recorrió todas las nubes, conoció a las brujas de la tristeza y del destino y a los magos del lenguaje y de los ríos. Conoció ciudades y se maravilló con las puertas (las ventanas también le gustaban). Ella tenía el don de no ser notada y así llegó al corazón de varías calles, caminos, escaleras…
Ella era como un pájaro y nunca se quedó quieta, nunca la atraparon y nunca fue la silueta que se dibuja en las ventanas de ciertas ciudades en la noche y que se imaginan en las puertas. Negras.

(Siluetas que nunca están solas
pero al fin y al cabo siluetas
y nada más)