Sunday, May 11, 2008

Un vino se suicidó

Zapatos rojos y con fleco. Vuelo sobre un coche verde que huele a hermano. Después del ruido, salmón con limón. El vino, en un acto desesperado decide suicidarse cayendo sobre el mantel blanco. “Fue culpa de la señorita”, mi padre me acusa con el mesero aunque todos en la mesa saben lo desesperados que pueden ser los vinos. Y ahora con el mesero viéndome feo, me río y derramo el café. Un poco adrede y un poco no.
(Me gusta caminar con zapatos rojos. Me gusta oler a carro verde y hacer enojar a los meseros que no saludan cuando uno entra).
Los domingos son el día donde más vinos se suicidan.

(Minuto de silencio)


Un puro nos acompañó todo el día pero las circunstancias salvaron su vida y mi padre no pudo fumarlo. Desde el jueves no tomaba cafeína. No olviden el vino.

G
O
T
A
S

Como que quiere llover pero el cielo no se decide. Los zapatos rojos me llevan a mi casa. Son las ocho y mi madre esta dormida. Y no, no me siento triste por la muerte de ese vino, que si bien era un buen vino (un poco loco sin duda) no me corresponde a mí llorarlo.

1 alcachofazos:

Anonymous said...

Hola María, me encanta lo que escribes, soy tu fan. Gracias por tu sitio. Saludos.